Dime qué sientes, y te diré que trabajamos

Hace un mes todo iba bien. Estaban en una forma muy buena, mostrando un buen rendimiento, realizando un buen trabajo, consiguiendo resultados, títulos y cumpliendo objetivos poco a poco. Supercopa de Europa, de España, y pensar en la competición Ligera la cual había empezado bien.

Un equipo ansioso

El pasado miércoles, en la 5 jornada de Liga, algunos jugadores del real Madrid después del partido comentaron que cuando no marcan en su estadio, les entra ansiedad.

Isco: “Si en el Bernabéu no metemos un gol pronto nos entra ansiedad”
Ramos: “Es verdad que cuando se acerca el final y ves que no ganas, te entran un poco las prisas de querer adelantarte en el marcador”

Parece o dan a entender que ese fue el problema, la justificación de porque las cosas luego van mal y no logran conseguir sobreponerse. Parece que esa actitud y reflexión posterior se queda simplemente en un estado y sensaciones que les impiden obtener los resultados esperados y no dan ninguna señal de trabajarlo.

Ramos: “Ahora que se pierde, se habla de ansiedad. Cuando se gana, se habla de remontadas… es un poco ventajista ese comentario”

Poniéndome en su situación, diría que la buena noticia es que saben o perciben que algo no funciona cuando se dan ciertas circunstancias (no marcar un gol pronto), la mala, que a lo mejor no saben muy bien o desconocen la sensación que tienen, y por lo tanto, no saben qué es, ni cómo regularla, ni tampoco se les enseñará a cómo solucionarlo o cómo prevenirlo si los profesionales no saben bien que sienten.

¿El problema es esta sensación?

Creo que debemos empezar por algo básico, en este caso, ¿qué es la ansiedad? :

La ansiedad  es una anticipación involuntaria hacia un daño e peligros futuros, que suele estar  acompaña de un sentimiento desagradable o de síntomas somáticos de tensión.  Es una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente, permite que la persona adopte  las medidas necesarias para enfrentarse  y poder gestionar la amenaza.
La ansiedad es una sensación o un estado emocional normal ante determinadas situaciones y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones cotidianas estresantes.  Es decir, la ansiedad es situacional y a veces su función es de prevención, anticipatoria de una situación que la persona va a experimentar. Por eso se dice que cierto grado de ansiedad puede ser beneficioso y deseable para el manejo de situaciones.  Es una propiedad intrínseca, por lo que es generada por el organismo, pero es cuando supera la capacidad adaptativa y es de excesiva intensidad de la persona que la calificamos como patológica (alta latencia de recuperación, ausencia del estímulo o motivo,) provocando malestar con síntomas físicos, psicológicos y conductuales, a veces inespecíficos.

En ese caso, cuando los jugadores dicen que hay ansiedad porque no marcan gol, pues se les acaban los minutos y no obtienen el resultado no debe parecernos tan extraño. Es su organismo que anticipa una situación o se prepara para dar una respuesta ante la situación y afrontarla de la mejor manera.  Sus cuerpos están anticipando una situación de peligro, una situación incomoda y la ansiedad les está avisando, y poniendo en alerta a su organismo para poder afrontar dicha situación. Aportar un extra, inputs y maneras para poder afrontar el problema.
Esa situación se convierte en problema si esas condiciones se alargan demasiado, ante la respuesta de su  cuerpo (ansiedad) no encuentran la manera de solventar la situación que ha generado la ansiedad. Entonces es cuando llegan otras sensaciones lo que puede llegar a perdida de concentración, disminución del rendimiento, etc.
Es aquí donde es importante comunicarse con los jugadores y  que digan qué síntomas y sensaciones han sentido  y como han competido a causa de esa ansiedad originada.

Conocimiento de los jugadores

Estamos ante una situación en la que sabemos del peligro que corren los jugadores al enfrentarse o experimentar sensaciones que no  conocen, y por lo tanto, desconocen cómo actuar antes ellas. Creo que es importante que los jugadores sepan y sean conscientes de las emociones  y sensaciones que pueden sentir durante los momentos del partido, ya sea para actuar y poder regularlas o para dar un feedback a los profesionales. Aquí hay dos agentes que deben colaborar.
Por un lado, los mencionados jugadores, es importante que se expresen y comuniquen dichas sensaciones a los profesionales, los otros agentes.
La importancia de las palabras de los jugadores no puede pasar desapercibida por el cuerpo técnico del equipo. Si los jugadores dicen sentirse de esa manera, con dicha sensación o emoción, debemos actuar y ofrecerles nuestros conocimientos y ayuda profesional. ¿Cómo?, informando  sobre estas posibles situaciones a los jugadores, los jugadores deben saber a qué se enfrentan y que sienten, y les será de ayuda conocer de qué se trata para poder expresarse y transmitir posteriormente la situación. Es decir, facilitamos su trabajo y el de los profesionales.

También nos será útil corregir o modificar dicha palabra para ajustarla a las sensaciones o bien darles nociones sobre su significado. Escuchar el feedbak y palabras del jugador respecto a esa manera de sentirse, para enfocarlo correctamente y saber a qué se enfrentan.
Una vez los jugadores conocen y dominan sus sensaciones y hemos enseñado a regularlas, podrán ejercitarlo y ponerlo en práctica en entrenamientos y competiciones.

-Puede que no sea ansiedad, sino miedo al fracaso. Creo que una sesión de feedback/reflexión con el profesional me ayudará a aclararme.
-Puede que no sea ansiedad, sino falta de concentración. Lo comunicaré al cuerpo técnico para ver si podemos trabajarlo.
-Puede que no sea ansiedad, sino falta de atención y de recursos. Hemos trabajado este aspecto y soy capaz de solucionarlo.  

Curar y prevenir

Como hemos comentado, si los jugadores conocen las posibles emociones y sensaciones que sienten en los partidos, podrán trasmitirlas mejor para que los profesionales les ayuden.  Si los profesionales conocen lo que sienten sus jugadores, pueden aplicar las técnicas, terapias o trabajo necesario para; primero, solucionar y revertir dichas sensaciones, y segundo y más importante aún, prevención de dichas emociones y sentimientos desadaptativos que los jugadores pueden sufrir durante las competiciones, capacitar a los jugadores para que sean autónomos y se autorregulen.

Una primera intervención, e inevitable a priori, es la de curar dicho problema a demanda de los jugadores.
Para solucionar dicha situación es importante que los jugadores muestren sus emociones y sentimientos, y los profesionales sepamos recogerlos y poder estudiarlos. El feedback de los jugadores tras un partido es importantísimo, y en una situación desfavorable y que ven como amenazadora, para ellos lo es más.
La segunda opción es prevenir. Ante las posibles situaciones y emociones en las competiciones, dotar a los jugadores de conocimientos herramientas para que puedan afrontar las competiciones y puedan superar las sensación y emociones desadaptativas,  poder regularlas y transformarlas para que les ayuden a tener éxito y poder conseguir los objetivos.

Este ejercicio y desarrollo mental puede requerir de sesiones de entrenamiento y horas de trabajo, por lo que el equipo debe estar preparado y no temer el trabajo psicológico. No nos sirve de nada si nuestro jugador sabe golpear el balón, sabe desmarcarse, pero en un determinado momento no es consciente de la emoción que siente y que le está impidiendo ejecutar dichas acciones correctamente, y por lo tanto, no sabe cómo remediarla y solucionarla.

 Trampas de ciclos y dinámicas

Hay otro peligro y dato importante que creo que es importante mencionar. El peligro de las dinámicas o ciclos. Creo que hay que aprovechar las oportunidades y momentos que se nos ponen delante, y este, es un buen momento para no dejarlo pasar. Del mismo modo, hay que intentar trabajar esto antes de que la situación se solucione por otros factores.

Me explico, no queremos una solución a corto plazo, queremos una a largo plazo, unos recursos que puedan utilizar el equipo durante toda la temporada y durante su carrera profesional. Si la situación se resuelve en las próximas semanas, sin haber trabajo el problema de la “ansiedad”, estamos ante el dicho de pan para hoy, hambre para mañana.
Si, por ejemplo, el equipo no es consciente de dichos problemas y no actúa en consecuencia y otros elementos intervienen para evitar dichas situaciones, (creer en una dinámica positiva de victorias, o un ciclo de buenos resultados)  el equipo no sentirá esa  “ansiedad”, y se dará por solucionado.
Si ponemos el foco de atención a trabajar otros aspectos que no hayan sido las causas o problemas de los partidos anteriores, no estamos trabajando sobre las sensaciones y emociones desadaptativas de los jugadores, sino sobre nuevos recursos que más adelante pueden no ser suficientes para manejar dichas sensaciones.

La solución no está olvidar y pasar página. Si no actuar en consecuencia. Si tenemos un problema con la ansiedad, ayudemos a los jugadores. Si tenemos un problema con las sensaciones que tienen lo jugadores, trabajémoslas.

El rival también compite

Un último aspecto que me gustaría comentar, es que en algunos deportes,  y en este caso el fútbol, no se compite solo. Tenemos un rival. Tenemos alguien que también hace su trabajo, desarrollan y efectúan estrategias y se marcan objetivos.
Está bien reconocer los errores o posibles mejoras de un mismo equipo, pero también está saber reconocer aquellos elementos que escapan a nuestro control.
No tiene sentido castigarnos ni buscar una causa propia, cuando puede estar en elementos externos a nuestro equipo.
No siempre podremos encontrar errores o aspectos desadaptativos endógenos, sino exógenos, por la interacción de nuestra acción junto con la de nuestro entorno, y no podemos influir en el trabajo que realizan los rivales.