Hace unas semanas, durante un partido de benjamines, ocurrió una situación poco común. El árbitro en un momento al final del partido (con el resultado ya decidido por lo que comenta alguien que presenció el partido) ayudó a colocar la barrera al portero del equipo que iba perdiendo.
Queda claro que para algunos es un acto merecedor de aplauso, para otros algo indiferente, para unos pocos, de críticas negativas.
Lo que yo destaco es el aprendizaje del niño. Una acción que para el joven deportista tiene gran potencial de significar una gran lección, una experiencia y anécdota que recordar, y que muy posiblemente quedará grabada. Gracias su plasticidad para aprender. A descubrir. Según el momento, cómo y cuándo se da. El entorno, las personas y su manera de interactuar propician un ambiente y situación diferente, aveces más adecuada para el aprendizaje.
Una manera (más) de aprender
En etapas tempranas, la figura del árbitro, como vemos en este caso, no solo puede ceñirse a la del cumplimiento de las reglas y normas de juego. poner orden, amonestar o no, en definitiva, hacer cumplir el reglamento de cada deporte.
Hay muchas situaciones en las que podemos ver como el árbitro ha interferido mediante el diálogo y la comunicación en un conflicto entre jugadores, vestuarios, banquetas etc.
Hemos podido ver como, por desgracia, las decisiones han conducido a agresiones, verbales y físicas, increpaciones y comportamientos lamentables por parte de muchos agentes, ya sean deportistas, técnicos, público etc.
Ver comportamientos así de árbitros demuestra lo mucho que se esfuerzan y están dispuestos a pelear por no solo el cumplimiento del reglamento, sino por la buena realización de la práctica y competiciones deportivas, con lo que ello conlleva, sea formación, educación y valores, rendimiento, etc. Insisto en la importancia de saber en qué etapa en la vida del deportista nos situamos.
Creo que estas actuaciones del árbitro refuerzan la visión de que éste, sobretodo en edades de iniciación y formación, es una figura de respeto y de colaboración con el buen desarrollo de las actividades deportivas.
Hay gente que se preguntará y recriminará, ¿pero eso no es trabajo del entrenador? ¿No hay un formador para eso? No debería el árbitro ceñirse a su trabajo? (obviamente, si no nos planteamos cuestiones sobre las posibles labores del árbitro, una actuación así no tiene cabida para nosotros).
Pues bien, puede que sea hora de empezar a ampliar opciones que puede tener la figura del árbitro, puede que esta sea una de sus responsabilidades y trabajos a hacer, si así lo desea, y si así lo desea también el joven deportista que de buen grado puede aceptar esa ayuda. Actualicemos la labor y visión sobre los árbitros y permitamos que participen y ayuden en la educación y formación de los jóvenes iniciados en la actividad deportiva.
Creo que existe una necesidad de educar y formar sobre la importancia de la figura del árbitro. Qué autoridad tiene y merece. Qué podemos aprender de él y qué nos puede enseñar, sobre todo a los jóvenes. Cómo podemos mostrarles a los deportistas y técnicos que merece nuestra confianza, ayuda y colaboración.
Saber dónde estamos y dónde están
Para poder aproximarnos a la situación y momento deportivo de los jóvenes suelen distinguirse varias fases o etapas:
iniciación
formación
tecnificación
alto rendimiento
Se pueden encontrar o añadir más, esta es una manera de cómo veo yo la evolución de los jóvenes en las etapas formativas de un deporte, en este caso el fútbol.
Aquí encontramos una propuesta de objetivos y contenidos para las primeras etapas, de pre-benjamines a infantiles, por parte de Xavier Palau.
La idea es coger y utilizar un modelo de marco que nos sirva de guía y nos ayude a trabajar, aplicar la metodología necesaria y conveniente para el desarrollo deportivo y crecimiento de los jóvenes.
Educando nuestro ego
Puedo entender que el entrenador en esta situación pueda sentir que se está invadiendo su área de acción. Pero también entiendo al joven deportista y al árbitro. Más allá de adueñarse de responsabilidades, se trata de repartirlas y colaborar para ejercerlas. No tiene que haber una confrontación por un hecho y situación que a mi parecer ha ayudado al deportista, no solo en su aprendizaje, sino en la merecida mejora de la visión de la “figura del árbitro”. Al mismo tiempo creo que el deportista también ha ayudado al árbitro a facilitarle su labor y estar dispuesto a recibir indicaciones y formación.
Y si, también puede ayudar al entrenador a poder ver desde otra perspectiva una manera de tratar al joven deportista, una manera de llegar a él y poder ayudarle en sus futuros aprendizajes. Una manera de arroparlo en su iniciación y apoyarlo en su formación posterior.
Puede que el entrenador llevase semanas intentado incorporar este aprendizaje en el niño, sin éxito.
Sobre el aprendizaje de colocar la barrera, es posible que siguiese una buena metodología, puede que tuviese una dedicación más que aceptable, que se preocupara por el chico. Pero la situación, entorno y momento no eran los adecuados.
Cada entrenador es consciente, o debería serlo, de lo que cree importante para la iniciación de los jóvenes y su adaptación y desarrollo con la actividad física, y en este caso el trabajo multidisciplinar puede ser de gran ayuda. Saber transferirlo a los jóvenes es clave. Si el trabajo de un entrenador está enfocado hacia ese camino de iniciación hay que reforzarlo.Dicen que las cuestiones técnicas y tácticas son cosa del entrenador. Con un cuándo (entrenamiento) y un cómo (según el entrenador). Interferir podría suponer pérdida de autoridad. Es necesario matizar quién, cómo y cuándo interfiere.
Estamos hablando del árbitro, una figura junto al entrenador, que dentro de lo que es el deporte es esencial y fuente de aprendizaje y formación para los jóvenes.
Sinceramente, es mucho mejor estar agradecido y saber aprovechar lo bueno ( y malo!) que nos sucede, que no girar la cabeza hacia otro lado sin aprovechar nada. Demos gracias a la colaboración de otros agentes que nos ayudan a realizar nuestro trabajo. Dejemos de lado el ego, el orgullo y reconozcamos los méritos de los demás, las ayudas y sepamos recibirlas y actuar en consecuencia.
La figura del arbitro y del entrenador tienen que ser un referente para los jóvenes. Ambos deben colaborar y ayudarse para que la formación y educación de los jóvenes sea lo mejor posible.
Este vídeo, aun no hablando de la educación o formación de un árbitro sobre jugadores, si hace referencia un poco al ego y responsabilidades de cada uno, por lo que me gustaría resaltar el final.
Transmitir qué es competir
He presenciado y visto relaciones técnico-jugadores, en edades de iniciación, donde el perfil del técnico y la manera de actuar en entrenamientos y competiciones acaba siendo contraproducente y minando la experiencia y desarrollo de los jóvenes, pues acaba transmitiendo valores, hábitos y actitudes que parece que respondan simplemente a sus necesidades y metas personales, transferidas hacia y con la responsabilidad sobre unos deportistas niños que se están iniciando en el deporte.
“DEBERÍA SER MAS GRATIFICANTE Y UNA META PARA UN ENTRENADOR, QUE AQUEL JUGADOR ACABE AMANDO EL DEPORTE Y LA PRÁCTICA PARA SU DESARROLLO DEPORTIVO, MEJORA DE SU SALUD Y CRECIMIENTO PERSONAL”
Competir…ese concepto que muchas veces no sabemos bien como definir. Pero que del mismo modo, cada entrenador lo adopta y transmite de distinta manera. Para unos es ir a ganar siempre, otros es conociendo los resultados posibles (derrota/empate/victoria) jugar y aceptarlo.
Para otros que el trabajo realizado en entrenamientos se vea reflejado en los partidos. He visto también decir que no hay que rendirse nunca o que hay que participar y jugar respetando las normas y a los compañeros/rivales. Unos lo valoran en superación personal y otros lo miden con el rival, etc.
Pero ya habrá otro momento para hablar de “competir”.
Para finalizar, he hablado de jóvenes deportistas. Pero en edades de iniciación y formación temprana, ¿son solo jóvenes realizando actividad física? ¿O los consideramos y los tratamos como deportistas? Esto también puede afectar mucho en la relación entre entrenador-arbitro-jugadores, cómo se trabajaran las atribuciones, expectativas, metas y objetivos.
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