La soledad de Ulreich

El último partido de UEFA Champions League, entre Madrid y Bayer de Munich, dejo una situación bastante inusual, pero que considero que merece un análisis y entrar un poco más en detalle.
Un análisis y trabajo creo que ayudaría al deportista que ha pasado por esta situación a:

1) Conocer y tener la capacidad de trabajar y corregir su actuación.
2) Comprender que: “en un juego de equipo nunca estás solo”.

Según observamos en el vídeo, la jugada es la siguiente:

  1. Un defensor, ante la presión del equipo rival, cede el balón a su portero, para que este lo rechace o lo juegue de otra manera.

  2. Pero el portero, ante la presión del atacante, no acaba rechazando el balón y cae al suelo sin intervenir en la trayectoria del balón.

  3. El delantero atacante, después de aprovecharse del error del portero, marca a puerta vacía.

Esta jugada, acabó en gol del Madrid. Y no se hicieron esperar las críticas hacia el portero.
Mucho se ha dicho de lo preparado o no que estaba en dicha jugada: falta de concentración, poca atención a la jugada, un nivel de activación inadecuado, falta de capacidad de reacción, etc. Muchas son viables, pero me parece más correcto valorar esta jugada después de haber escuchado las impresiones, pensamientos y emociones que el jugador sentía en aquel momento. Y gracias a una entrevista que concedió días después podemos saber más.

Me gustaría destacar la importancia que tiene permitir que un deportista se pueda expresar y transferir sus sensaciones, emociones y pensamientos sobre sus actuaciones. Desconozco si Ulreich dispone de un profesional con el que trate estos temas, pero sin duda es algo que que yo priorizo como psicólogo.

Volviendo a la entrevista, me pareció muy interesante algunas cosas que dijo. Gracias a esas palabras, podemos analizar mejor algunos detalles que sucedieron.
Hay elementos o conceptos que mencionaré y que pueden ayudarnos a entender “el porqué” de la actuación del portero. Una vez hecho el análisis, puede que las primeras impresiones cambien y la valoración que hagamos sea diferente. Podríamos ver que hubo más factores, y no solo la “torpeza” del deportista, que intervinieron en la actuación del portero.

LA MENTALIDAD

La mentalidad, la definiría como el conjunto de creencias, costumbres u hábitos, sensaciones y emociones, los elementos cognitivos que determinan la forma de pensar, valorar o percibir una situación, para luego influenciar ( o no, caso de la disonancia) la manera de actuar.

Todo el mundo vio la mejor opción, la más fácil, la que tenía que suceder, pero Ulreich no. Y Ulreich era el que observaba, sentía, decidía, y actuaba en esa jugada. Es interesante preguntarse por qué pudo pasar lo que pasó.

Analicemos sus palabras.

“así que me intento posicionar para un uno contra no”

Ulreich menciona en la entrevista, que cuando fue hacia el balón, lo hizo para posicionarse para un uno contra uno. Este pensamiento puede parecer extraño, pues podemos observar que Ulreich tiene la ventaja en dicha jugada y llega antes que el delantero para poder rechazar.
Pero no, Ulreich no tenía eso en mente.
Una explicación podría ser que Ulreich pensaba y percibía la jugada tal que “el no tenía el control”. Ulreich iba a ese balón con la mentalidad de defenderlo porque según su percepción el delantero tenía la ventaja, llegaría antes a tener contacto con el balón, y por eso, Ulreich, decidió que tenía que iniciar movimientos y actuar de una forma, como él dice, para un uno contra uno.

Vemos como se tira hacia el suelo, abriéndose de brazos preparado para jugar con las manos, para defender el uno contra uno. Así pues, Ulreich adopto una mentalidad defensiva, donde él no tenía el control de la situación y tenía que actuar en consecuencia. Un determinado grupo de elementos y factores le hicieron percibir la jugada de esta manera, valorar la situación y pensar y actuar acorde a ello. Él tenía una jugada en mente, pensó y quiso actuar en concordancia. La cuestión es que no era la mejor manera de afrontar la situación.
Más que si existió o no concentración, yo señalaría elementos más específicos que intervinieron en ese momento y no fueron bien aplicados ni utilizados de una forma adecuada por el deportista, dando como resultado la mentalidad con la que afronto la situación.
Me refiero a aspectos como algunas sensaciones que podía sentir (inseguridad, ansiedad , etc.) o pensamientos (actuaciones pasadas o centrándose en futuras) o focos de atención (velocidad del balón, activación del delantero).

“mierda, no puedo cogerla con la mano”

Otra de las frases que nos deja es que cuando se da cuenta de que llega a la pelota antes que el delantero, no puede jugarla con la mano, pues es una cesión.
Destacar, que esta frase nos da la información de que si estaba atento a la jugada, si prestó atención a las condiciones en las que venía el balón.

“Entonces quise despejar con el pie pero ya no pude… y no hubo mano a mano”

Como bien dice, “no hubo mano a mano”. Solo el percibió y entendió la jugada como tal. El creía que debía actuar de esa manera. Una vez se dio cuenta del error, ya no pudo reaccionar.
El problema de que el portero tuviese esta mentalidad es que no encajaba con la realidad. Existió una disonancia entre lo que él pensó, sintió y valoró de la jugada con lo que se encontró, por lo tanto, en “cómo” debía actuar.

“Son unos milisegundos, en los que se cruzan  dos pensamientos y no decidí..”

En mi opinión la falta de atención a ciertos elementos y estímulos, sumado a la mentalidad que tenía produjo que, una vez iniciada la jugada, su reacción y cambio de estrategia fuese ineficaz.
Por lo tanto, la mentalidad que adoptó en ese momento, no solo condiciono su manera de pensar y actuar, sino que además le bloqueo o dificultó las posibilidades de reaccionar, ante, como hemos visto, un cambio en la manera de percibir la jugada.
Una vez se dio cuenta, no pudo ajustar sus movimientos (el intento de golpeo con la pierna es ineficaz) y no supo reaccionar (haberla tocado con las manos, aún suponiendo cesión, hubiese sido una opción mucho mejor que un gol seguro).

En definitiva, la mentalidad que adopto el portero, propiciada o influenciada por X agentes o elementos, le creo una disonancia entre lo que percibió y entendió en la jugada, con lo que encontró que era.

Habiendo analizado la jugada y si convenimos que fue la mentalidad del jugador lo que falló, deberíamos (desde la aportación de la psicología) buscar los recursos apropiados e intervenir con el deportista para solucionar y ayudarle en sus actuaciones futuras.
Se pueden trabajar los aspectos cognitivos y emocionales, la atención de los jugadores en determinadas situaciones para ajustarlos o adaptarlos de forma que valoren y perciban la realidad de manera que les proporcione más opciones y posibilidades de éxito, en este caso concreto, ser consciente de que “tenia el control de la situación”

MIEMBROS DEL EQUIPO 

Hay que mencionar también que algunos agentes, en este caso los compañeros que intervienen en la jugada, podrán haber influido tanto en la mentalidad como en la actuación del portero.

El balón no va bien dirigido ni fuerte al portero en la cesión que realiza el defensa. Teniendo en cuenta que el delantero está muy cerca, eso puede propiciar en el portero la percepción de que no tiene el control de la pelota.
¿Qué hubiese sido mejor para la situación del portero? Un pase más decidido o mejor dirigido posiblemente hubiese transferido otro tipo de percepción al portero, y este hubiese tenido menos dudas a la hora de discriminar opciones, valorar y tomar una decisión.
El realizar acciones que dan lugar o facilitan múltiples percepciones y valoraciones, acaba por aumentar las posibilidades dentro de ella y por ende, la carga de trabajo que debe realizar un deportista (observar, discriminar, decidir, reaccionar, etc).
Hacerlo en un determinado momento y con un tiempo de reacción limitado puede resultar aún más complicado, y más aún si hay falta de entrenamiento, activación o concentración.

Es decir, en dicha jugada, un pase en esas condiciones da posibilidades o lugar a que el portero genere dos opciones diferentes o dude en la manera de actuar. Contra más procesos de discriminación deba realizar, más posibilidades hay de que pueda escoger una que no es la buena.

Hemos aprendido pues, que en la jugada podemos encontrar elementos suficientes (externos e internos) para poder entender por que el portero actuó de esa manera. Como ya hemos comentado, la mentalidad que adoptó, el tremendo trabajo y la dificultad de poder valorar y discriminar en cuestión de décimas una reacción óptima por los deportistas tienen un gran impacto.Todo esto, sin olvidar que la actuación de los compañeros y rivales puede influir en como actúan los deportistas.
Un deportista de alto redimiendo puede, con el entrenamiento adecuado, conseguir mejorar de forma notable su capacidad de toma
de decisiones así como la mentalidad con la que afronta las jugadas.
Pero lo importante ahora, es que el deportista sea conocedor de qué error se trata, que se puede trabajar y que no está solo: los compañeros también participan y el cuerpo técnico (psicólogo incluido) puede ayudarle.