Parecía improbable, pero no imposible. La mayoría nos quedamos sorprendidos cuando el seleccionador anuncio que sería el próximo entrenador del R.M., y un día después era destituido con el anuncio de un nuevo seleccionador. En unas 24 horas, la selección de fútbol, a un día de empezar el mundial, a dos de su primer partido, se quedaba sin el seleccionador, el “capitán del barco” y aquel que había seleccionado, confiado, entrenado y desarrollado a los jugadores siguiendo una preparación específica para los partidos. Una situación que puedo suponer dificultades y problemas a un equipo que no ha estado bien entrenado ni preparado.